09 junio 2006

ciertamente

Conviviendo.

Alguien me regaló una vez: “No tenemos más cierto que el instante en el que lo pensamos cierto”. En mi fantasía de aquello que yo imagino todo se transmuta y pasa a ser lo concreto de mi realidad. Así me sumerjo por lo alto de donde los hombres
tienen miedos o dolores. Ahí, sólo reposó un instante y los observo. En ese punto me preparo para convivir. Entonces vuelvo. Y así me integro dando paso al imaginario de otras realidades.

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