17 mayo 2006

Persiguiendo el infinito

Desmayarse en silencio por el ardiente deseo que inspira el maravilloso impulso del deseo, da acceso a la inquietante borrachera de sentimientos ocasionales que nublan el ahora y la absurda veneración del dolor y la culpa presentes en las nieblas se elevan y asfixian en el fango del alma. Así el gimo actúa como un cuervo que carrronea las entrañas sintiéndose cada vez más extranjero de la razón. Contemplando el milagro ante la vista: “El infinito”. El respeto reverencial por la tristeza enciega la calma y da paso a la memoria. La dignidad del silencio convive con la soledad y otorga paso al por-venir ya las evidencias perturbadoras de la furia imponente se desilusionan en el alma, logrando amanecer libre de implicancias y sintetizando lo real que por primera vez ven los ojos otorgando la sagrada reconciliación con la vida y el mundo. Al final del abismo la labor emprendida conoce que todo sufrimiento conquistado es la caída de los principios nacientes de la lucha victoriosa. La espera plantada resulta tan simple como insostenible.
shibumi:atelier

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